sábado, 21 de abril de 2012

Roberto Juarroz


Hemos llegado a una ciudad sagrada. Preferimos ignorar su nombre: Así le podemos dar todos los nombres. No encontramos a quién preguntar Por qué estamos solos en la ciudad sagrada. No conocemos qué cultos se practican en ella.
Sólo vemos que aquí forman un solo filamento
El hilo que une toda la música del mundo Y el hilo que une todo el silencio.

No sabemos si la ciudad nos recibe o nos despide, Si es un alto o un final del camino. Nadie nos ha dicho por qué no es un bosque o un desierto, No figura en ninguna guía, en ningún mapa. Las geografías han callado su ubicación o no la han visto.

Pero en el centro de la ciudad sagrada hay una plaza Donde se abre todo el amor callado Que hay adentro del mundo. Y sólo eso comprendemos ahora: Lo sagrado Es todo el amor callado.

(poema transcrito por Eduardo Prado Coelho em "tudo o que não escrevi")

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