Hemos
llegado a una ciudad sagrada.
Preferimos ignorar su nombre:
Así le podemos dar todos los
nombres.
No encontramos a quién preguntar
Por qué estamos solos en la ciudad
sagrada.
No conocemos qué cultos se
practican en ella.
Sólo vemos que aquí forman un solo filamento
El hilo que une toda la música del mundo Y el hilo que une todo el silencio.
Sólo vemos que aquí forman un solo filamento
El hilo que une toda la música del mundo Y el hilo que une todo el silencio.
No sabemos
si la ciudad nos recibe o nos despide,
Si es un alto o un final del
camino.
Nadie nos ha dicho por qué no es un
bosque o un desierto,
No figura en ninguna guía, en
ningún mapa.
Las geografías han callado su
ubicación o no la han visto.
Pero en el
centro de la ciudad sagrada hay una plaza
Donde se abre todo el amor callado
Que hay adentro del mundo.
Y sólo eso comprendemos ahora:
Lo sagrado
Es todo el amor callado.
(poema transcrito por Eduardo Prado Coelho em "tudo o que não escrevi")
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