Fotograma de "O exorcista" de William Friedkin (1973)
A diocese de Milão multiplica o número de exorcistas e abre uma central para atender os possuídos pelo demónio.
Aunque sus métodos evolucionan, el viejo Satanás regresa de vez en
cuando a sus números de siempre. Y el clásico entre los clásicos es el de
meterse en el cuerpo de una criatura de Dios y obligarla a echar espumarajos
por la boca. El caso es que monseñor Angelo Scola, arzobispo de Milán y uno de
los más firmes candidatos a sustituir a Benedicto XVI en la silla de Pedro, no
está dispuesto a permitirlo. Ha multiplicado por dos la plantilla de exorcistas
de su diócesis —de 6 a 12—y ha instalado una centralita para atender a los
posibles endemoniados. El número, huelga decirlo, no contiene un triple seis…
En
cualquier caso, no se trata de un asunto —advierten desde la diócesis de Milán—
para tomárselo a broma. Los casos verdaderos son raros, pero haberlos, haylos.
De ello da fe monseñor Angelo Mascheroni, obispo auxiliar y responsable desde
1995 del Colegio de Exorcistas. A través de una entrevista en la web oficial de
la archidiócesis, ha contado que cada vez son más las llamadas de fieles que
solicitan un nombre, una dirección, un teléfono, algún lugar seguro donde poder
aliviar el sufrimiento de algún familiar o amigo que consideran poseído por
Satanás.
Muchos de
ellos ya han sido víctimas de personas sin escrúpulos que, bajo el disfraz de
curanderos o brujos, les han sacado los cuartos a cambio de aliviar su
sufrimiento. "Por esto", dice monseñor Mascheroni, "hemos
activado una centralita en la Curia de lunes a viernes de las 14.30 a las
17.00. Quien tenga necesidad puede llamar y encontrará a una persona que le
indicará un contacto en su zona para evitar que hagan largos viajes". Eso
sí, el obispo les ha pedido a sus exorcistas que, tratándose del asunto que se
trata, se lo tomen con calma y no se sobrecarguen de trabajo. Además de luchar
eventualmente con el diablo, tendrán que seguir diciendo misa, confesando,
ejerciendo de párrocos…
Monseñor
Mascheroni dice que la función principal de sus exorcistas será la de escuchar,
atender con serenidad a quienes sufren y dejarles claro que “el Señor siempre
es más fuerte que el diablo”. Aunque no hay un retrato robot de quienes
reclaman los servicios de un exorcista –hay personas jóvenes y ancianas, sin y
con estudios--, sí se da la circunstancia de que muchos suelen ver al maligno
detrás de simples malas rachas —"el chico no va a la escuela, toma drogas,
es rebelde"— o problemas más propios de la consulta de un psiquiatra. El
obispo dice que, a veces, llegan jóvenes asustados que, tras participar por
diversión en ceremonias de espiritismo, creen que Satanás se enfadó y se les
metió dentro. "Si lo hicisteis por divertiros", les tranquiliza
monseñor Mascheroni, "el demonio no os tomó en serio. El demonio es una
persona seria".
Notícia publicada no site do El País, aqui.
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